Su historia
Su ‘redescubrimiento’ ocurrió en la Universidad de Manchester (Reino Unido) a mediado de 2004. En aquella época, el profesor de origen soviético Andréy Geim invertía sus viernes en la noche en la laboratorio para hacer pequeños experimentos. Solo por diversión, solo por curiosidad, solo por amor a su trabajo. Una de esas noches le propuso a su compatriota y pupilo Konstantin Novosiólov que estudiara aquello que otros desperdiciaban.
Hasta esa fecha, los investigadores que trabajaban con el grafito (un mineral de carbono casi en estado puro), limpiaban su superficie con cinta adhesiva para remover toda imperfección y tiraban ese resto al tacho. Al depilar el grafito, lo que queda es una capa de grafeno, un material de un solo átomo de grosor, tan delgado que se considera de dos dimensiones.
Sus aplicaciones
Desde entonces la popularidad del grafeno no ha hecho más que crecer. Sus cualidades y posibilidades se cuentan por miles y los científicos imaginan un futuro con productos hechos a base de este material, lo que podría acelerar una nueva revolución industrial, esta vez sin los costos medioambientales que tuvo la primera a mediados del siglo XIV. Un derivado del grafeno tiene la capacidad de ser un filtro eficaz para convertir el agua de mar en agua potable. Además, este material convierte la luz solar en energía a una velocidad hasta ahora desconocida. Los televisores del futuro, refrigeradoras, smartphones (o aquello que les suceda) y toda clase de productos de casa estarán hechos con grafeno, tan flexible y transparente. Eso parece obvio, verdad. Bueno, imaginen stickers con conexión a Internet. Eso ya no es tan obvio, pero con el grafeno seá posible. Sus aplicaciones permitirán exámenes médicos más precisos (como una detección del cáncer 5 veces más eficiente) y una nueva revolución de nanorobots. También se vislumbran baterías más ligeras y potentes que prácticamente acabarán el problema de los celulares descargados.
La empresa de innovación tecnológica Corning preparó este video en el cual imaginan el futuro con la aplicación del grafeno en la vida diaria de una familia de clase media. Bueno, con algo más de dinero que una de clase media.
El futuro del grafeno
El grafeno fue descubierto en 1907 por el químico estadounidense Edward Goodrich Acheson, pero su nombre fue dado en la década de 1960. Si este material no tuvo un lugar estelar en el mundo fue porque era muy inestable para trabajar con él. Geim y Novosiolov fueron los primeros en estabilizarlo a temperatura ambiente, dándole posibilidades para su uso industrial. Esto les valió el Premio Nobel de Física en 2010.
“En los próximos años veremos cómo se va introduciendo el grafeno en una nueva generación de productos. El grafeno es muy transparente, conductor y muy flexible", explica Konstantin Novosiólov en el portal ElFuturoEsOne de Youtube. "Tiene todas las propiedades que hacen falta para los productos electrónicos flexibles del futuro, pero hemos descubierto que el grafeno no está solo. Hay toda una familia de cristales que se pueden crear con un átomo de grosor. Preferimos hablar de cristales bidimensionales en general y ahora nos interesa estudiar las combinaciones de estos cristales. Esta familia va mucho más allá de las capacidades del grafeno. Revisando la tecnología de los superconductores, hace 30 años se usaba silicio y otros materiales, mientras que ahora utilizamos media tabla periódica para crear superconductores. Me emociona mucho acabar con el dominio de un solo material que nos dicta las propiedades que podemos utilizar".
Fuente: CNN