LA MINERÍA AHORA emprende el mismo viaje hacia la automatización hecho por la industria manufacturera. Promete mejorar la seguridad, la productividad y la eficiencia energética, pero no es sólo tecnología.
“Durante los próximos 20 años, veremos una transformación espectacular del sector, sobre todo en las operaciones mineras nuevas”, dice Lawrence Lien, especialista en gestión, financiamiento y búsqueda de personal para operaciones mineras.
“No se nos reconocerá, no nos reconoceremos ni siquiera nosotros mismos”, dice Lien, que describe “fábricas mineras” en las que la producción correrá a cargo de máquinas automatizadas controladas a distancia.
“La ambición será crear un entorno minero menos variable que permita prolongar las repeticiones, de seis meses a un par de años, para poder automatizar más el movimiento de material”, dice.
Significa que la minería pasará por el mismo proceso que ya ha transformado a gran parte de la industria manufacturera, El resultado ha sido un incremento de la productividad y un mejor entorno laboral para los operadores, junto con un control más eficiente de los procesos.
Con más productividad, las empresas mineras pueden compensar las cada vez más grandes inversiones para llegar al mineral, a medida que se desarrollan minas más profundas en lugares más remotos. Las máquinas automatizadas pueden trabajar largos turnos con un rendimiento constante, controladas desde un lugar más seguro o más urbano.
La automatización de las minas también permite controlar los procesos para optimizar la calidad del producto. Con la perforación asistida por computadora y un posicionamiento preciso, es posible extraer sólo lo necesario y evitar extraer material estéril que consume recursos sin producir ingresos. Se agilizan todos los procesos de la mina y se mejora la eficiencia energética.
“Creo que veremos una reducción del consumo de energía”, dice Lien. “Cada vez se piensa más en la huella de carbono, lo que significa que habrá más máquinas eléctricas, no solo camiones y palas sino también cintas transportadoras”. Una mina automatizada ofrecerá más ventajas de sostenibilidad. Por ejemplo, puede monitorear los niveles de los acuíferos y la condición de las lagunas de decantación.
Un paquete de automatización también permite a un solo operador monitorear y controlar varias máquinas, sin gastar tiempo y combustible para desplazarse a la zona de producción. Y, al haber menos personas en esa zona, hay menos necesidad de ventilación, un gasto elevado en dinero y energía en cualquier operación de minería subterránea. Y habrá menos gente en las zonas de riesgo.
"La seguridad mejora espectacularmente cuando se trabaja desde una sala de control", dice Greg Baiden, profesor de la Escuela de Ingeniería de la Laurentian University en Canadá y especialista en robótica y automatización. También es presidente y director tecnológico de Penguin Automated Systems Inc, una empresa dedicada al desarrollo de sistemas de control remoto de robots y otros equipos, ya sea en el espacio exterior o en minas subterráneas. Solid Ground lo encontró en Florida donde estaba probando un sistema submarino inalámbrico basado en la luz en lugar de ondas de radio.
Según Baiden, no harán falta saltos tecnológicos para avanzar en la automatización de las minas.
“Tal como están las cosas, no veo grandes desafíos técnicos”, dice Baiden. “Todo lo necesario ya existe. Habrá que trabajar en el desarrollo técnico pero no veo nada que sea insuperable”.
En cambio, sí cree que puede haber dificultades en otros aspectos de la automatización de minas, como la cultura de cambio. “Con eso puede haber problemas, porque a la gente no le gusta mucho cambiar su manera de trabajar”, dice Baiden.
Lawrence Lien opina lo mismo. La organización y la cultura en torno a un proyecto de automatización pueden ser decisivas para su éxito.
“Muchas veces, nos concentramos en el hardware o el software, pero no en el entorno organizacional en el que se utiliza”, dice Lien. “Pero hay que tener en cuenta que no es algo que se instala y ya está”.
A medida que la automatización se integra en una organización, sobre todo una organización que ya existe desde hace tiempo, es crucial definir claramente desde el primer momento cuáles son las expectativas en cuanto a funciones nuevas y resultados, dice Lien.
“No hace falta obsesionarse con el tema pero hay que tener presente que el trabajo será diferente”, dice. “En muchos casos, no es una cuestión de capacitación sino de liderazgo”.
Texto: Åke R. malm
Ilustración: Kjell Thorsson
Ilustración: Kjell Thorsson