El Geobacter modificado genéticamente dispone de unos filamentos reforzados que capturan los contaminantes disueltos en el agua | La investigación ha sido liderada en Estados Unidos por la profesora de origen español Gemma Reguera.
Gemma Reguera (derecha) y miembros de su equipo en la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) Michael Steger / Michigan State University |
Un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) liderado por la profesora de origen español Gemma Reguera ha desarrollado, patentado y mejorado un microorganismo capaz de limpiar la contaminación provocada en el agua por productos radioactivos como el uranio. La fase más reciente de este trabajo ha permitido mejorar la capacidad descontaminante de la nueva cepa de bacterias Geobacter sulfurreducens introduciendo una modificación genética que refuerza sus pili (estructuras en forma de pelo o pequeñoos filamentos que cubren estas bacterias) y facilita su actividad como captador de contaminantes.
Los resultados de este trabajo han sido publicados en el último número de la revista especializada Applied and Environmental Microbiology.
Biofilm formado por bacterias Geobacter, captadoras de contaminación por uranio |
Diversos tipos microbios utilizan los pili para pegarse entre sí y hacer crecer una película o biofilm sobre casi cualquier superficie, similar a la placa de bacterias que se forma en los dientes. El equipo liderado por Gemma Reguera ha comprobado que el biofilm de la nueva variedad de Geobacter se convierte en un escudo que aumenta su capacidad para neutralizar aún más el uranio. La mejora también permite que las bacterias sobrevivan más tiempo, incluso cuando se expone a altas concentraciones de material radiactivo. El nuevo Geobacter inmoviliza el uranio disuelto en el agua y lo vuelve a convetir en un producto sólido, evitando o reduciendo la contaminación en el agua.
"Los resultados que hemos conseguido superaron nuestras previsiones más optimistas", ha explicado la profesora Reguera. "El biofilm de Geobacter inmoviliza el uranio, como si fuera una esponja, sin que las bacterias sufran nindún daño a causa de la contaminación o la radioactividad, detalla esta investigadora formada en microbiología en las universidades de Oviedo y Massachusetts.
Tres años después del descubrimiento
En septiembre de 2011, la prestigiosa revista PNAS publicó los primeros resultados de la investigación liderada por la profesora Gemma Reguera sobre la posibilidad de utilizar bacterias Geobacter, y sus filamentos conductores, para limpiar los residuos nucleares y otro tipo de contaminación.
El estudio recordaba que la contaminación de productos radioactivos como el uranio puede ocurrir en cualquier etapa de la producción de combustible nuclear y es también un problema en las aguas subterráneas debido a diversas prácticas mineras y de gestión inadecuada de residuos.
El equipo liderado por Gemma Reguera descubrió que los filamentos de las Geobacter funcionan como nanocables microbianos, capaces de transformar la forma soluble del uranio en una forma menos soluble, de tal manera que sea más fácil su extracción. Este equipo desarrolló una cepa genéticamente modificada que elimina más de uranio, a la vez que es más resistente a la contaminación.
La investigación actual del laboratorio que lidera la profesora Reguera se centra en cómo la bacteria Geobacter sulfurreducens coloniza superficies y vive como biopelículas. Las Geobacter obtienen energía para el crecimiento por la transferencia de electrones que se generan metabólicamente dentro de la célula a receptores de electrones externos, tales como los metales y también a los electrodos. Este proceso muestra grandes expectativas en aplicaciones de descontaminación de metales radiactivos y tóxicos, así como en la generación de electricidad a partir de fuentes renovables.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/