¿Qué tienen en común Canadá, Finlandia, Islandia, Qatar, Suecia y Turquía? En estos países, el gobierno tiene el monopolio sobre la venta de bebidas alcohólicas. Con más de 100 años de historia, esta práctica se debe a unos mineros ebrios en la ciudad de Falun, Suecia.
Falun es famosa por sus gruesas salchichas y su pintura roja (todavía utilizada para pintar casas y granjas en la campiña sueca), cuyos orígenes tienen que ver con las antiguas minas de cobre cerca de la ciudad. Pero para comprender los orígenes del monopolio actual de la venta de alcohol, hay que remontarse al reinado del rey Adolfo Federico de Suecia.
Tras muchos fracasos para regular el consumo de alcohol, en 1766, el rey decidió abolir todas las restricciones sobre la destilación de bebidas alcohólicas. El desmadre resultante no benefició en nada a la salud del país. Al poco tiempo, mucha gente empezó a destilar en pequeña escala y se contaron hasta 175.000 destiladores particulares. Se disparó el consumo de papas y cereales con uso industrial en lugar de alimentario. En el siglo XIX, muchos estaban hartos de las escenas de ebriedad pública, el consumo de alcohol en el trabajo y el malestar general provocado por el alcoholismo generalizado. Por todas partes surgieron movimientos contra el alcohol.
El alcohol en el trabajo:
- Un estudio de los servicios de urgencia de los hospitales mostró que el 35% de los pacientes con una lesión laboral eran consumidores de riesgo de alcohol.
- Pruebas de alcoholemia detectaron alcohol en el 16% de los pacientes tratados en los servicios de urgencia por lesiones laborales.
- Un análisis de la mortalidad laboral mostró que al menos el 11% de las víctimas habían consumido alcohol.
En 1850, el alcohol se puso bajo regulación estatal y en 1860, el éxito del sistema fue replicado en otras ciudades suecas, sobre todo Gotemburgo, donde fue conocido como el “sistema de Gotemburgo”. Poco después, se impusieron límites de edad y nació oficialmente “Systembolaget”, que es su nombre actual en Suecia.
Fuente: MineStories